domingo, 11 de abril de 2010

Pesadillas o terrores ocultos.

Mi nana suele contarme respecto de cosas terribles que a veces sueña, pero cuando yo le conté lo que eran mis pesadillas, me vi contemplando a una persona pálida, sin siquiera un esbozo de sonrisa en su cara.


Probablemente ella pensaba que yo debía visitar a un psiquiatra, pastillas y manicomio a la carta. Y ahora que lo medito, no es erróneo el modus-operandi que propone analizando las cosas que yo a veces sueño. Para mi no son pesadillas, eso si. Quizás son mucho efecto de cine, arte y computación al que me veo "expuesto", pues a mi no me atemorizan tanto. (Quizás sea un efecto secundario, que luego de imaginar tantos horrores, mis propias pesadillas han perdido ese "je ne sais quoi" que tanto asustan a quienes me escuchan.)


Es más, cuando nos juntábamos a jugar rol, y yo dirigías las sesiones, alguna vez incluí al rey de mis pesadillas de ese momento en el juego. Obligue a los jugadores a cerrar los ojos y a imaginar al monstruo, mientras yo me paseaba alrededor de ellos. La descripción del monstruo es algo así:


Algo pareces haber visto con el borde del ojo, pero al girar la cabeza te das cuenta de que posiblemente es un fantasma de tu imaginación. Sin embargo, la duda te incomoda y vas a revisar. Apenas has llegado, tienes nuevamente esa sensación de que algo se mueve en el lugar que acabas de dejar de mirar, como si adivinara el momento en que cambias tu atención para aprovechar de moverse. Es de noche y giras nervioso la lámpara de un lado a otro, con una doble intención de calmar tu duda y de espantar los fantasmas que crees que te acompañan.

Al empezar a calmarte, o a acostumbrarte a la tensión del silencio, te dedicas a tus quehaceres nuevamente, pero un extraño rugido de ultratumba, quedo y sin denotar origen o posición hace temblar tus pensamientos. Tu lámpara de nuevo busca frenéticamente entre las sombras a aquello que se hace presente sin ser visto, intentando separar perfiles de sombras que oculten a lo que se esconda en ellas. Algo sonó a tu espalda, muy cerca, justo después de haber tenido la sensación visual de que algo se volvía a mover por el borde de tu vista, y al girarte encuentras a aquello que te acechaba.

Frente a tu cara, a medio metro detrás de la lampara que levantas con violencia, aparecen 2 brillantes ojos. Delante de ellos, hileras de afilados colmillos, largos y delgados como dedos adornan una enorme boca que, en silencio, respira tu aire. En un espasmo de terror haces un violento movimiento hacia atrás, y en la mitad de perder el equilibrio, la maléfica sonrisa se desvanece hacia la oscuridad, tan rápido como ha aparecido. Otro rugido, semejante a una risa, se escucha en alguna parte de la oscuridad, y comienza a menguar a medida que el viento reaparece en el lugar.


Mi cerebro es una maquina creando ambientes. Muchas de mis "pesadillas" son solo situaciones, en las cuales las cosas no aparecen. Sin embargo, la del relato se dio el lujo de visitar mis sueños en más de una ocasión, dejándome en claro que quería que yo la recuerde para siempre. Hoy en día es uno de mis dibujos favoritos, pero cada vez que alguien lo mira, se hace presente en su cara la misma expresión que sentía yo la primera vez que la soñé.

Y para bien o para mal, no es el único dibujo que he hecho de aquello que atormentaba mis noches, pero que hoy solo me hacen ser más creativo a la hora de dibujar.

Serán solo malos sueños?
O serán demonios personales de alguna vida pasada?
Solo se que me acompañan en ésta nuevamente, en la forma de sueños y en la de lineas en mis hojas de dibujo.

3 comentarios:

Mónica Pavón Mardones dijo...

Desde que descubrí a Stephen King, ya casi nada me da miedo.

De hecho, lo que relatas se parece mucho al monstruo de una de sus novelas.

Joe dijo...

Jajaja, quizás... es mas, pensaba en ese autor mientras trataba de describir la situación...

lo... "interesante" del tema es que jamás he leido a Stephen king, y aquello que trato de describir no se parece en nada a lo que he visto de sus peliculas...
si te interesa, te mando una de las versiones dibujadas al correo.

(Otro digno de lectura es Edgar Allan Poe (el cuervo), o a H. P. Lovecraft, autor del necronomicón... al que curiosamente, tampoco he leído, jaja)

Kuky Haindl dijo...

Mmmm....difícil saber el origen de las pesadillas fantasiosas actuales, al estar tan bombardeados por la imaginación de otros a través de juegos, `películas o libros. Talvez sea una mezcla de antiguos demonios de tu pasado, con lo que nos ofrece hollywood, Stephen King o los juegos.