sábado, 8 de octubre de 2011

Encontrando la vida en la muerte.

Hace algún tiempo ya, influido por situaciones tales como el accidente aéreo en el archipiélago de juan Fernández, al oeste de Chile, en que me di cuenta que la gente vive su vida sin vivirla: que da las cosas por sentado.

A raíz de eso, envié un mensaje a mucha gente, expresándoles el cariño que no les había mostrado en mi existencia y que en teoría lo sabían y no lo dudaban. Lo más agradable de todo fue que muchos no solo agradecieron, sino que además me enviaron mensajes de cariño de vuelta. 

Muchas veces uno sabe que las personas nos tienen afectos, y ellas también saben que nosotros les tenemos sentimientos de cariño, amistad y amor; pero pocas veces se hacen saber estos sentimientos.

Seamos honestos, no hay nada que alegre más la vida que el momento cuando alguien a quien tu estimas, te dice que te estima también. 

El mio fue un ejercicio marcado por lo circunstancial: La muerte de un amigo de mi hermano esquiando, la muerte de 21 personas en un accidente aéreo (siendo muchos de ellos rostros populares a quienes el país aún echa de menos), la muerte de un tremendo hombre y un ejemplo a seguir: Steve Jobs.

Todo esto me hizo entender que si quieres a alguien, hay que decirlo. Si esta persona no te responde de la misma forma, al menos ya lo sabes y en tu cariño hacia ella le diste a entender que alguien le desea lo mejor. Por que desearle lo bueno a alguien que no te responde de la misma forma, solo te hace ser un mejor ser vivo, te llena de vida y te arregla el día.

En el día a día de estos eventos no solo aprendí lo que es el entregar cariño, sino que tambien el hecho de perdonar a quien te hace daño no es implicitamente permitir que el otro deje de sentir culpa por el hecho. Es algo más personal.

El perdonar implica que a uno mismo ya no le afecta el daño que le han producido. Que se ha aprendido a ser un poco mejor, se ha crecido como persona al entender que no somos ni perfectos ni iguales, y que como nosotros  podemos fallar en un hecho y herir a alguien, otros lo han hecho también.

Estos últimos meses me he sentido una  mejor persona de verdad, por que mis seres queridos (amigos y familia) me estiman por quien soy. 

Y no hay nada mejor que sentir que la persona que uno es, es la correcta ante tus propios ojos!

Un enorme saludo a ti lector! 
De parte de un hombre que ha visto lo que es obvio, pero que aún así, es una epifanía.