lunes, 6 de abril de 2015

Ácido en un mundo básico.

Ácido: individuo a quién se le considera desagradable por decir palabras que hieren, molestan o incordian a otros individuos o públicos, puntualmente si están presentes. Que son ásperas en el trato y tienen carácter desagradable o poco sensible.

Básico: hace referencia (dentro de una variada y compleja opinión general) al individuo gris. Aquel que no tiene la creatividad, la inventiva, el ingenio, la perspectiva. Refiere al seguidor, no al creador; al reactivo y no al pro-activo.


En cierta medida, creo que soy como describe el título del día de hoy. 

¡Pero no me malinterpreten!


Pese a que he sido suavizado por quienes aprecio (puntualmente para demostrarles que los aprecio y que mi burda y cruda forma de pensar y tratar a los demás no es más que falta de un control apropiado), el ogro que vive en mi tienen ideales muy claros (los cuales pueden entenderse leyendo otras entradas del blog) y muchas veces paso largos momentos en silencio, forjando paciencia para tolerar un sinfín de curiosidades que podrían evitarse.

Siento que mi cerebro lleva varias vueltas de ventaja y que, muchas veces, exclamo algo que solo puede ser visto desde la última vuelta. Ese hecho simplemente hace que quienes no caminan a mi lado crean que: o estoy loco, o distraído, o que necesito más contexto.

Mi gran "foco de atención" es mi capacidad de no poner atención a una sola cosa en absoluto. El problema no sería tan grande si mi cerebro de hombre (diseñado para enfocarse en una tarea de forma efectiva) esta constantemente saltando de punto de interés a punto de interés (sobra decir que aquello que esta fuera de mi interés, esta fuera de mi foco de atención y, por consiguiente, entra en un listado de cosas "a olvidar").

La situación que me hizo sentir no tan ajeno, y a la vez interpretado, se encuentra en la película LIMITLESS, interpretada por el actor Bradley Cooper. El personaje que interpreta ingiere una droga que estimula el cerebro.

Ahora bien, es posible que ya haya escrito alguna vez respecto de esa película, y respecto de que la reacción que tienen el protagonista, al ingerir la mencionada droga, es idéntica a la que tengo yo al abrir los ojos cada mañana.

Bajo esa perspectiva, imaginen la situación donde nos toca vivir en un lugar en el que las personas educadas, en general, carecen de educación básica. Y no me refiero a lo enseñado en clases, sino que a lo que han aprendido no lo han aprehendido. (¡Como amo ese juego de palabras!).


En mis clases universitarias conocí a personas que llegaban a hacer el ridículo (ante mis ojos, claro) en presentaciones, en comentarios en las clases, en el desconocer las idioteces que les llovían, etc.
Y no me refiero a alumnos en particular, que es lo que me saca un poco de quicio. En los alumnos se justifica (hasta cierta medida) el preguntar, dado que para eso se asiste a clases. La situación refiere a profesores que han emitido juicios tan descabellados que me hacen llenar estos párrafos con el solo hecho de recordarlos. Obviamente las victimas de estos crímenes son los alumnos, quienes gracias a el nutrido bombardeo de elementos inmediatos e instantáneos, no distinguen y no analizan si lo que se provee es cierto, correcto y contingente.


Intentando volver al tema, con la anterior demostración se puede ver la acidez del individuo frente al entorno básico. Se debe destacar que no todo el entorno presenta el mismo grado de basicidad. Muchos no tienen nada de básicos y al mismo tiempo no tienen nada de ácidos. Y como resultado, su tolerancia es mayor en este experimento.

Lo que me preocupa es que lo básico, en su ambiente básico, se vuelve más básico aún. Y pareciera ser que pese a estar en un extremo de la tabla de pH, se está volviendo "normal".

jueves, 2 de abril de 2015

Envíame una señal.


En estos días estoy revisando mis finanzas personales. Algunos trabajos que estoy realizando están tardando en generarme el dinero que necesito por problemas y situaciones internas, lo que ha llevado a ajustar mi presupuesto y restringirme bastante.

Dentro de mis planes está el volver a estudiar, y para lo cual debo sacar una cantidad que supera un poco mi actual capacidad de gasto. No mentiré: el actualmente presentarme y poner mi firma en documentos me ha provocado un apretón estomacal de pesadilla!

Tanto así que, en todas las actividades que tenía que hacer previas a la inscripción, busque recibir alguna señal divina respecto de si estaba haciendo lo correcto. 

Quiero dejar en claro que soy un individuo altamente escéptico, y que un individuo con barba que irradia luz, flotando en una nube, es una perversa imagen del dios pagano Zeus, parte de la mitología griega. La creencia popular respecto de Dios (a quién me gusta llamar Jehová, una interesante descripción del judaísmo que indica a aquello que no puede ser nombrado) no me causa más interés que el resto de la mitología humana. y si, uso la palabra mitología con completo conocimiento de su significado.

Retomando el tema, pedía dicha señal cuando inmediatamente sonó una bocina (yo estaba caminando en la vereda). Entre risas personales, pensaba en lo interesante que resulta que, cuando uno comienza a buscar cosas, estas comienzan a aparecer. Mi cerebro se volcó a buscar estas "señales", con lo que me descubrí a un ciclista que tropezaba, un bebé que le decía algo ininteligible a su madre, otro bocinazo, y un recorrido en el que solo tuve semáforos en verde para cruzar las calles. Llegué a la hora exacta a donde tenía que estar y el resto del día funcionó como una máquina recién aceitada.

Ahora, extrapolando el asunto, y abusando un poco de la frase que relata "cuando el alumno está preparado aparece el maestro", realmente toda nuestra atención se enfoca en aquello a lo que nos concierne, lo que llama nuestra atención y nos interesa. Nuestros sentidos se afinan en pro de encontrar aquello que buscamos si es que lo deseamos lo suficiente. No es que puntualmente nos llegue un aviso de que estamos bien encaminados (o mal encaminados) en lo que participamos, sino que estamos tan dedicados a obtener una respuesta que todo aquello que afecta nuestra atención parece ser una; si es que esta señal esta relacionada al evento. En mi caso, buscaba algo que respondiera inmediatamente a mi pensamiento. Poco importaba que fuera, solo necesitaba que entrara en mi radar, gatillara mi atención y que mi cerebro comenzara a catalogarlo dentro de lo que era raro o no en mi usual andar.

En general las personas, creo, responden a dicha búsqueda con sus creencias. Cada uno moldea estas señales según la experiencia, las costumbres y la moral que tiene. Algunos son fáciles de satisfacer, otros somos más difíciles. Lo que si me es claro es que las señales solo aparecen ante quién las está buscando, y se mantienen imperceptibles ante quienes no.


¿Que señales has recibido, lector?
¿Y es por que la has buscado y realmente nunca antes estuvo ahí?

La verdad esta ahí afuera, solo hay que salir a buscarla y entender que probablemente sea distinta a lo que se creía en un principio.