lunes, 23 de noviembre de 2009

Llegar tarde a tiempo.

Mi mañana fue rara esta ocasión.
Dormí con un dolor de espalda descomunal, tan así que decir que dormí es prácticamente una mentira. Me desperté a las 6:45 de la mañana, y lo primero que hice al abrir la cortina de mi pieza fue alegrarme el día con una imagen de nubes adornando el cielo como pocas veces lo hacen!
Fui a buscar la cámara fotográfica en la pieza de mi hermano y me demore su rato en reconfigurar todo lo que él, en algún afán artístico en el cual compensa la falta de talento personal con la eventual tecnología que permite el aparato, desordenó. Luego tome la foto y me dedique a "levantarme", ducha, desayuno y salir.

Cabe destacar que soy duro para salir de la ducha... Como decía en alguna publicación anterior, tiende a ser mi templo de pensamiento, y me dedico a analizar la inmortalidad del cangrejo entre otros asuntos de importancia semejante mientras el agua corre y el tiempo pasa. Al salir, a diferencia de otros días, descubrí que no me había demorado tanto en el baño. Teniendo en cuenta que suelo salir de mi casa a las 7:30 casi en punto, y con una demora previa de unos 10 minutos aproximadamente para tomar desayuno, al salir del agua a las 7:06 disponía de minutos extra!

Tome mi desayuno con tranquilidad, me lave los dientes y salí de la casa 5 minutos antes de lo usual. El ascensor estaba en mi piso, el semáforo peatonal en verde y el microbus tardó 2 minutos en llegar al paradero. Cuando llegue a mi destino (estación del metro de Pedro de Valdivia) eran las 7:56, hora a la usualmente llego a subirme a dicho metro. Al salir, el otro microbus que tomo parecía estarme esperando y llegue a mi destino 20 minutos antes de lo que usualmente lo hago! Así que aproveche de leer el diario hasta las 8:30.

A que viene todo esto?
Simple... caí en cuenta de que, según relatos de mi padre y hermano, en este país donde las cosas tienden a ser un algo más al azar que a lo planificado, y por ende no existen horarios fijos para transportes , la gente sale tarde de sus casas, y como son pocos los que salen temprano, se encuentra la gran muchedumbre atochada en todo medio de transporte y en toda vía de transporte. En Europa el bus pasa a la hora exacta en la que dice el informativo del paradero (cosa que aquí sería imposible pues el paradero suele estar completamente rayado por tarados ociosos) y te deja a una hora exacta en otro punto del recorrido.

Cuanto cuesta levantarse a la hora, llegar a la hora y hacer las cosas a la hora?
Creo que es una especie de circulo vicioso. El primero que se tarda en hacer algo suele ser por que algo/alguien lo retrasó a él antes. Ya fuera por que se demoró en acostase en la noche esperando algo y eso lo hizo dormir poco, dificultando su despertar, o quien sabe qué.

Esto no es una critica, pues quedaría como hipócrita (no soy el que llega a la hora siempre, pero soy un fiel creyente de que a medida que el entorno me muestra que "no es necesaria la puntualidad" he caído en ese mismo juego), sino un simple vistazo a lo que es una realidad ( y de lo fácil que es entrar Y SALIR del juego).

Dicho sea de paso, hoy disfruté de un asiento en todo vehículo al que me subí, cuando por lo general me voy de pie.

Y para coronar mi experiencia, a la vuelta se sube un sinvergüenza quien, no solo no cantó, no vendió artículos absurdos a precios absurdos o no trató de hacernos reír con un humor particular, sino que lisa y llanamente se dedicó a silbar, que ese era su talento!!!

(Debo admitir que me dio ataque de risa y me escondí detrás se mi mano en ese momento para no interrumpir al "artista" y evitarme un ridículo mayor)

Luego de eso, se acercó al conductor y le comentó que hoy "el trabajo" no estaba bien, pero que por lo menos la semana pasada había ganado lo suficiente...

No hay salud... pero esta lleno de sinvergüenzas!!