lunes, 13 de agosto de 2012

Dioses entre nosotros.

                          

Ayer tuve un momento de alegría y a la vez de lástima. Las olimpiadas terminaron.

Que me gusta de las olimpiadas? Pues es simple: tenemos la posibilidad de ver a gente que surge por años de esfuerzo, gente que compite sanamente (en su mayoría) por el simple galardón del reconocimiento (y bueno, el dinero con el que cada país premia finalmente a sus medallistas). Gente sana, que entrega el todo por lo que hace: los OLÍMPICOS!

Desde mi perspectiva, aqui se ve lo bueno del ser humano! Todos juntos bajo una misma idea. No hay separación por raza, bandera, política, educación, género. Solo la competencia personal de ser el mejor!

Son, a mi juicio, 2 semanas maravillosas! Se ve gente que sonríe; gente que felicita a quien salió victorioso en el evento; gente que aplaude el esfuerzo; gente que tiene las ganas de ganar; gente que al perder es abrazada por los que ganaron; gente que busca mejorarse a si mismo por encima de ganarle a los demás!

Lamentablemente, dada la magnitud del evento, solo es realizable cada 4 años.


Los olímpicos son aquellos a quienes yo celebro, pues me distraen del ser humano enfermo con el que solemos toparnos. El abusador, el mentiroso, el insoportable, el egocéntrico, el ególatra, el pendenciero, el manipulador, el aprovechador.

Ojalá que esta oda a estos dioses fuera más duradera, pues incluso en dos semanas he visto más sonrisa y alegría que en diez años en un centro religioso. Ojo, sonrisa de verdad, de logro!


Que paso durante estos más de 2000 años de humanidad que han pasado, donde el humano se ha vuelto corrupto a vista y paciencia de sus semejantes?

Por que la ideología de las olimpiadas no es aplicada a todo ámbito?
Por que andamos siempre al tranco del más lento, el más débil, del menos capaz?


La idea es avanzar hacia un estado mejor, y al avanzar siempre se deja algo atrás. 

Lo importante es llevar la experiencia contigo.

Frase que me ha acompañado estos días:
"No le regales pescado al hombre que tiene hambre, enséñale a pescar (y de paso, dile que con perseverancia sacará al pez más grande que haya visto)"