lunes, 26 de abril de 2010

Compromisos

No hace menos que llamar mi atención la falta de esta palabra en el diccionario personal de las personas. Un compromiso es una obligación para con otro, independiente del nivel de responsabilidad que esta conlleve, y refiere a la confianza que se puede aplicar al comprometido respecto de la obligación contraída.

Ahora, y usando un vocablo menos técnico y más coloquial:

Me ha pasado mucho ultimamente que esta palabra suele rondar mis pensamientos luego de que mi hermano menor la usara en una frase que se me quedó grabada:

"la cagó la falta de compromiso de esta gente"

haciendo referencia a quienes habíamos invitado a jugar a la pelota un día determinado y una vez que estaba todo listo, los equipos dispuestos y el horario establecido, estos individuos brillaban por su ausencia. Incluso hubo uno al que llame para confirmarlo y me dice que no asistiría (45 minutos antes del evento)!!!

Debido a esto, lamentablemente ya hay gente a la que ya no invitamos por la simple e incómoda situación de que ya no creemos en ellos. En lo referente a jugar fútbol, los 12 que en un principio nos juntábamos casi religiosamente en la cancha han debido ser reemplazados. Y no por que tuvieran cambios de prioridades, sino que por defraudarnos constantemente y dejarnos con un equipo cojo.
Lo que mi hermando me comentaba era que cuando alguien no podía asistir, era esa misma persona quién buscaba a su reemplazo. La idea es la de el tiempo de los otros no se pierda, si tu te habías comprometido a asistir, y basado en eso se ordena el juego, no puedes fallar así como así, por que te dio la real gana, por que salió otra cosa posiblemente más importante o estas enfermo sin dar aviso a los demás que te esperan.

Como dijo una vez un amigo (DFJ):

"cuando faltas a una fiesta de cumpleaños, le haces daño al festejado; cuando faltas a un partido, a todo el equipo"

Sumando y restando, es mejor faltar a un cumpleaños, pues solo defraudas a uno.

Es más, y pasando al otro extremo, a fin de que esto ronde las ideas y sea difícil justificarse, incluso quienes están felizmente casados dejan ese rato especial para estar con los amigos.

No se quienes leerán mis lineas, ni quienes se dignarán a responder... en este caso, no hay compromiso de por medio y no exijo nada de nadie... pero ojalá sirva de reflexión para alguno que sabe que ha dejado de lado a alguien que contaba con él y lo defraudó.

Me ha pasado, y he pedido disculpas... pero yo aprendo de mis errores (a excepción de preferir perdón a permiso, pero es otro tema) y sé que la confianza es algo que no se recupera fácilmente.

Hoy en día, de esos 12 que empezamos jugando, con suerte, mucha suerte, juntamos a 8.

Y francamente, el saber que esos 4 y más que nos fallan son a quienes (todavía) considero amigos, me duele.

domingo, 11 de abril de 2010

Pesadillas o terrores ocultos.

Mi nana suele contarme respecto de cosas terribles que a veces sueña, pero cuando yo le conté lo que eran mis pesadillas, me vi contemplando a una persona pálida, sin siquiera un esbozo de sonrisa en su cara.


Probablemente ella pensaba que yo debía visitar a un psiquiatra, pastillas y manicomio a la carta. Y ahora que lo medito, no es erróneo el modus-operandi que propone analizando las cosas que yo a veces sueño. Para mi no son pesadillas, eso si. Quizás son mucho efecto de cine, arte y computación al que me veo "expuesto", pues a mi no me atemorizan tanto. (Quizás sea un efecto secundario, que luego de imaginar tantos horrores, mis propias pesadillas han perdido ese "je ne sais quoi" que tanto asustan a quienes me escuchan.)


Es más, cuando nos juntábamos a jugar rol, y yo dirigías las sesiones, alguna vez incluí al rey de mis pesadillas de ese momento en el juego. Obligue a los jugadores a cerrar los ojos y a imaginar al monstruo, mientras yo me paseaba alrededor de ellos. La descripción del monstruo es algo así:


Algo pareces haber visto con el borde del ojo, pero al girar la cabeza te das cuenta de que posiblemente es un fantasma de tu imaginación. Sin embargo, la duda te incomoda y vas a revisar. Apenas has llegado, tienes nuevamente esa sensación de que algo se mueve en el lugar que acabas de dejar de mirar, como si adivinara el momento en que cambias tu atención para aprovechar de moverse. Es de noche y giras nervioso la lámpara de un lado a otro, con una doble intención de calmar tu duda y de espantar los fantasmas que crees que te acompañan.

Al empezar a calmarte, o a acostumbrarte a la tensión del silencio, te dedicas a tus quehaceres nuevamente, pero un extraño rugido de ultratumba, quedo y sin denotar origen o posición hace temblar tus pensamientos. Tu lámpara de nuevo busca frenéticamente entre las sombras a aquello que se hace presente sin ser visto, intentando separar perfiles de sombras que oculten a lo que se esconda en ellas. Algo sonó a tu espalda, muy cerca, justo después de haber tenido la sensación visual de que algo se volvía a mover por el borde de tu vista, y al girarte encuentras a aquello que te acechaba.

Frente a tu cara, a medio metro detrás de la lampara que levantas con violencia, aparecen 2 brillantes ojos. Delante de ellos, hileras de afilados colmillos, largos y delgados como dedos adornan una enorme boca que, en silencio, respira tu aire. En un espasmo de terror haces un violento movimiento hacia atrás, y en la mitad de perder el equilibrio, la maléfica sonrisa se desvanece hacia la oscuridad, tan rápido como ha aparecido. Otro rugido, semejante a una risa, se escucha en alguna parte de la oscuridad, y comienza a menguar a medida que el viento reaparece en el lugar.


Mi cerebro es una maquina creando ambientes. Muchas de mis "pesadillas" son solo situaciones, en las cuales las cosas no aparecen. Sin embargo, la del relato se dio el lujo de visitar mis sueños en más de una ocasión, dejándome en claro que quería que yo la recuerde para siempre. Hoy en día es uno de mis dibujos favoritos, pero cada vez que alguien lo mira, se hace presente en su cara la misma expresión que sentía yo la primera vez que la soñé.

Y para bien o para mal, no es el único dibujo que he hecho de aquello que atormentaba mis noches, pero que hoy solo me hacen ser más creativo a la hora de dibujar.

Serán solo malos sueños?
O serán demonios personales de alguna vida pasada?
Solo se que me acompañan en ésta nuevamente, en la forma de sueños y en la de lineas en mis hojas de dibujo.