martes, 16 de febrero de 2010

Enjaulado...

Hay 2 clases de animales, aquel que nace en lo salvaje y aquel que nace en cautiverio. El que nace en cautiverio puede vivir regularmente en cautiverio, ser parte del sistema, parte de lo corriente. Aquel que disfruta de la vida en cautiverio, encerrado en limites impuestos por otros.
Los otros, quienes somos más salvajes, tenemos dificultades de adaptación a espacios confinados de cualquier tipo. Somos de aquellos que, aunque encerrados, ansiaremos la libertad pese a no tener los premios que obtienen los enjaulados (como objetos materiales, comida y techo).
Siempre se ha dicho que el animal salvaje se reconoce del enjaulado por el brillo que tienen sus ojos, y que cuando ese brillo se pierde, su alma esta muerta, asesinada por el encierro y los limites.
Yo soy uno de esos ultimos. Encerrado con la esperanza de alguna vez tener lo suficiente que me permita volver a la libertad que ansio.
Hoy es el segundo día de la 4ta semana que llevo trabajando. Los dias no se me hacen más largos o más cortos, pero me molesta hacer cosas que no me interesan para gente que no me interesa.
(Y a las personas que me conocen y me tienen aprecio les agrada que este en esta situación, pues permite liberarme de mis dependencias).
Mi triste realidad es que le estoy vendiendo mi vida a alguien en lugar de aprovecharla para mi.
El humano, en su infinita estupidez jamás consideró esta arista que esta arrastrandonos a todos a un infierno, en el cual vives para trabajar pensando que trabajas para vivir.
Monetariamente puede que la situación mejore, pero lentamente mis ojos estan dejando de brillar.
Cancion dedicada?

The Nighmare before christmas - Jack's Lament

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuesta en un principio adaptarse al ritmo, pero luego le encuentras la gracia. Y si no es lo que buscabas, siempre acuerdate de que un recién titulado se demora aprox dos años en encontrar una pega en donde se sienta cómodo.

Saludos.

Kuky Haindl dijo...

Ánimo! empezar a trabajar cuesta al principio, uno se cuestiona muchas decisiones irrelevantes que para los superiores son claves, y a veces se siente un poco explotado o esclavizado. A todos nos pasa. Por eso yo peleé hasta lograr dedicarme a lo que adoro.
Un abrazo.

Mónica Pavón Mardones dijo...

Lo que uno haga por las lucas el 99% de las ocasiones no coincide con lo que nos gustaría hacer de corazón, pero depende de nosotros darnos el tiempo y el espacio para que la rutina y las restricciones no nos quiten aquello que nos apasiona.

Animo, yo ya estuve en tu lugar y créeme, el encierro se supera.