viernes, 9 de octubre de 2009

El gato en el árbol.

Caminando por la calle me encontré todo tipo de situaciones.

Un parque limpio y bien mantenido, cerrado al público...
Una mujer que cantaba a viva voz la música que escuchaba por sus audífonos...
Una secretaria que cambió su oficina a una más pequeña, pero que tiene una ventana que mira al exterior...
Un profesor que se asombra del vacío temático que tiene su curso...
Una joven que le vociferaba a otra: ¡Bésame! en un lugar público...
Dos amigos que comentaban el porque la policía la quitaba los productos a vendedores ambulantes, justificando que a la larga se los repartirían en el cuartel...
Una mujer que se preguntaba por que un detective al chocar contra otro auto estaba agonizante en el hospital, mientras que los bandidos con balas en el corazón salen caminando a los 2 días...
Una mosca que se alimentaba de los restos de una araña en un paradero de micro buses...
Un gato sentado en la vereda que miraba a su amigo, echado en la rama de un árbol...
... y este ultimo gato, que miraba su entorno sin preocupación, dejaba que la vida avance como a ella le plazca.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me salio mi antiguo lado pechoño. Una parábola que se ajusta exacto:

Mateo 6:25: Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? 26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros de mucho más valor que ellas? 28 ¿Por qué os afanáis por el vestido? Mirad los lirios del campo, cómo crecen. Ellos no trabajan ni hilan; 34 Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su propio afán. Basta a cada día su propio mal.